domingo, 14 de julio de 2013
Paris y Troya
Vamos a contar una bonita historia.
Estando el bueno de Paris, al que también llaman Alejandro y por cariño voy a llamar así, tranquilamente en su campito sin tocarle las narices a nadie, pues resulta que viene Eride y no se le ocurre otra cosa que soltar una manzanita de oro en medio de una fiesta con el lema: "Para la más bella" porque no la han invitado, pero qué quieres que te diga, invitar a la diosa de la discordia a una fiesta, o es una Drag-Queen o no te va a animar mucho el cotarro.
Y claro, ahí tienes a Hera, Atenea y Afrodita; que si esto es para mí, que si quita quita con esa papada, que si tú mira qué cartucheras y otras bellas palabras por el estilo, y a esto que Zeus que dice que ya esta bien, que un ratito divertía pero que sin barro esto cansa más que la Esteban, y que se acabe la bronca. Claro, las muchachas que quieren juez y Zeus muy cuco que pa algo es Dios, no se quiere comer el marrón y decide elegir al bueno de Alejandro, que como se ha criado en el campito es perfeeeeecto para zamparle el marrón, esteeeee... no está contaminado por ideas mundanas...
Y nada, allá que se calza Hermes las Nike Atalaya y se planta delante del buen mozo, que a la sazón estaba haciendo de vientre, y le encomienda la sagrada misión de elegir a la más bella de entre las tres diosas, no sin antes lavarse bien las manos. El bueno de Alejandro que no ve la que se le viene encima y dice que claro hombre, que por qué no, que luego si eso a ver si se toman unas cañas y tal, y endilgado el marrón, Hermes vuela de vuela al Olimpo, que tenía lavadora.
Y claro, como no podía ser de otra manera, allá que se plantan las tres diosas a "persuadir" a Alejandro.
Llega primero Hera, que tenía una oferta majísima 2x1 Poder a mansalva - Emperador de Asia que se la quitaban de las manos.
Después llega Atenea, que muy virgen y celosa de su condición y tal pero que de más mona quería quedar, vaya usted a saber por qué, y le ofrece sabiduría, que bien le hubiera venido al buen Alejandro para no meterse en estos fregaos, y la victoria en cualquier batalla, incluso contra su novia, que esto ni Zeus, oiga.
Pero claro, llega Afrodita y le ofrece el amor de la mujer más bella del mundo, y como se sabe, tiran más dos tetas que dos carretas, y ni poder, ni sabiduría ni ná de ná, el buen Alejandro tenía ardores juveniles y le picaba, y harto ya de no ver más que cabras y trigo decidió que quería ver un poco de muslamen.
No consta si Afrodita "persuadió" de alguna manera más a Alejandro o traía la cara de bobo de casa aquél día, pero el caso es que la "erección" ya estaba hecha: Afrodita era la más bella y tendría la dichosa manzanita, y a imagen de otros jueces que no señalaremos, poco tuvo que ver la belleza en sí de las diosas sino la que ofreció el regalito más jugoso. Que por cierto la muchacha era una guasona y no se le ocurre ofrecerle a otra que a Helena, esposa del rey Menelao, que tenía muy malas pulgas como es normal si te ponen ese nombre.
Y claro, en una visitilla parece ser que en un despiste Helena le puso ojitos de querer, y el otro se dejó llevar por sus púberes sentimientos y por aquello que dicen las mujeres que es con lo que pensamos los hombres; que si no da la sangre para regar dos lados a la vez y etc y total, que le da un repente y rapta a la muchacha. Menelao, que el hombre dice sus famosas palabras: "Pase que tenga este nombrecito, pero encima cornudo a ver quién me hace caso" y manda a su hermano Agamenón (no tenían el día los padres con los nombres) a que la rescate, lo que origina la guerra de Troya y tal y cual y como se dice, aquellas pajas originan estos lodos...
¿Que a qué viene esto? a que el cerebro humano es un cabronazo; tenía un examen y un trabajo a punto de terminar en aquél momento, y se me ocurre esto mismo que cuento; y luego cuando me quiera hacer el ingenioso, me quedaré en plan "patatas traigo", fijo.
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