lunes, 29 de julio de 2013

Las tres mujeres de Adán


Se dice que Adán tuvo tres mujeres:

La primera fue Lilit. Ésta se quejó de la postura que tomaba Adán, que se ve que del misionero no salía y se puso sobre él, a lo que Adán argumentó que qué era eso de que ella se pusiese en lo alto, vamos que era un sosainas, con lo que Lilit decidió irse a otro lugar a ver si conocía a algún Gräfenberg, que a pesar de tener ese apellido fue el que descubrió el punto G mientras jugaba con su mujer debajo de un ciruelo.

La segunda, sin nombre, fue creada a petición de Adán de una compañera, pero pidió ver cómo era creada. Y al ser ésta creada de dentro hacia fuera, que ya son ganas, él al verla estaba asqueado, pues sólo podía ver todas las vísceras al mirarla y la repudió. Con lo que se cuenta que Dios, que de paciencia en el antiguo testamento andaba justito, dictaminó que los hombres nunca entendiesen a las mujeres. Nos vamos luciendo Adán: encima de soso, tontaina.

La tercera, Eva, fue creada con la famosa costilla, que ríete tú de las de Casa Lucio, y nada, que esta se ve que sí le gustaba al muchacho. Pero llega la serpiente y la convence de comer la manzana del árbol de la ciencia del bien y del mal, que todo eso era el arbolito, con lo que primero Eva y luego Adán toman conciencia y deciden, oh maravilla, vestirse; con lo que Dios, que ve que conjuntan verde con amarillo decide expulsarlos del paraíso antes de que le dé una urticaria con los colores.

Y con las tres se puede hacer una pequeña metáfora:

La muchacha sin nombre, inocente, es la mujer joven, que muchas veces es tratada injustamente, repudiada por algo que no es culpa suya ni entiende.

Lilit, cual mujer adulta, es una mujer que se plantea cosas, dueña de sí misma y su sexualidad, y tratada por ello por quien quiere dominarla como una vulgar puta por no someterse a los caprichos del de turno.

Y Eva, que en su juventud era la mujer ejemplar, sumisa y dócil, pasa por el tiempo con el dolor de que con el conocimiento tuvo la pérdida del paraíso. Llegó a ser una mujer anciana, y a esa edad tendría una mirada sabia al haber tomado conciencia del fruto del árbol y de su propia vida, mira desde su sabiduría al mundo, lo reconoce, lo vive, lo siente, y muchas veces lo padece, con el mismo sentimiento agridulce.

Kepler


Permitidme presentaros a nuestro querido amigo Kepler. El hombre descubrió las tres leyes que llevan su nombre, si bien las dos primeras pertenecen a su libro "Astronomia nova" y la tercera ley, muy importante, a su obra "Harmonices mundi", pero aparte de esto el hombre mete un festival en este segundo libro que es digno de comentar, cosas de que los planetas emitían sonidos diferentes cada uno y que esto era debido a los diferentes tamaños de las órbitas, tremendo. Estos libros tienen 10 años de diferencia porque mientras tanto su madre fue acusada de brujería, por lo que tuvo que ejercer de abogado el hombre para evitar el churrasco.

Repasemos un poco la vida de nuestro personaje. Tenemos por un lado a un hombre, Tycho Brahe, muy buen observador que además contaba con el observatorio más avanzado de su tiempo a su disposición: todo un señor astrónomo imperial, pero no muy ducho en matemáticas. Esto hace que  requiera de ayuda en este campo. El amigo Kepler por contra, era un excelente matemático, pero debido a que tenía un defecto en las manos y padecía de visión doble no estaba llamado a ser un buen observador.

Y hete aquí que como siempre hay un roto para un descosido, una planta para un tiesto, un Nacho para una Sasha, estas dos personas se complementaban para el trabajo que tenían que hacer.
Todo hay que decirlo, Tycho era un hombre desconfiado, y le daba los datos a Kepler con cuentagotas, a pesar de los requerimientos de éste para tener acceso a los datos totales. Sin embargo, Tycho murió al poco tiempo y Kepler, en sus propias palabras:
"Aproveché que la familia estaba velandolo para hacerme con los valiosos datos" Y añade el cachondo: "quizás hurté" Con dichos datos fue con lo que dedujo la órbita elíptica y creó sus famosas leyes.
...
¿Y lo bien que dormiría esa noche el hombre?

domingo, 14 de julio de 2013

Paris y Troya


Vamos a contar una bonita historia.

Estando el bueno de Paris, al que también llaman Alejandro y por cariño voy a llamar así, tranquilamente en su campito sin tocarle las narices a nadie, pues resulta que viene Eride y no se le ocurre otra cosa que soltar una manzanita de oro en medio de una fiesta con el lema: "Para la más bella" porque no la han invitado, pero qué quieres que te diga, invitar a la diosa de la discordia a una fiesta, o es una Drag-Queen o no te va a animar mucho el cotarro.

Y claro, ahí tienes a Hera, Atenea y Afrodita; que si esto es para mí, que si quita quita con esa papada, que si tú mira qué cartucheras y otras bellas palabras por el estilo, y a esto que Zeus que dice que ya esta bien, que un ratito divertía pero que sin barro esto cansa más que la Esteban, y que se acabe la bronca. Claro, las muchachas que quieren juez y Zeus muy cuco que pa algo es Dios, no se quiere comer el marrón y decide elegir al bueno de Alejandro, que como se ha criado en el campito es perfeeeeecto para zamparle el marrón, esteeeee... no está contaminado por ideas mundanas...

Y nada, allá que se calza Hermes las Nike Atalaya y se planta delante del buen mozo, que a la sazón estaba haciendo de vientre, y le encomienda la sagrada misión de elegir a la más bella de entre las tres diosas, no sin antes lavarse bien las manos. El bueno de Alejandro que no ve la que se le viene encima y dice que claro hombre, que por qué no, que luego si eso a ver si se toman unas cañas y tal, y endilgado el marrón, Hermes vuela de vuela al Olimpo, que tenía lavadora.

Y claro, como no podía ser de otra manera, allá que se plantan las tres diosas a "persuadir" a Alejandro.
Llega primero Hera, que tenía una oferta majísima 2x1 Poder a mansalva - Emperador de Asia que se la quitaban de las manos.
Después llega Atenea, que muy virgen y celosa de su condición y tal pero que de más mona quería quedar, vaya usted a saber por qué, y le ofrece sabiduría, que bien le hubiera venido al buen Alejandro para no meterse en estos fregaos, y la victoria en cualquier batalla, incluso contra su novia, que esto ni Zeus, oiga.

Pero claro, llega Afrodita y le ofrece el amor de la mujer más bella del mundo, y como se sabe, tiran más dos tetas que dos carretas, y ni poder, ni sabiduría ni ná de ná, el buen Alejandro tenía ardores juveniles y le picaba, y harto ya de no ver más que cabras y trigo decidió que quería ver un poco de muslamen.

No consta si Afrodita "persuadió" de alguna manera más a Alejandro o traía la cara de bobo de casa aquél día, pero el caso es que la "erección" ya estaba hecha: Afrodita era la más bella y tendría la dichosa manzanita, y a imagen de otros jueces que no señalaremos, poco tuvo que ver la belleza en sí de las diosas sino la que ofreció el regalito más jugoso. Que por cierto la muchacha era una guasona y no se le ocurre ofrecerle a otra que a Helena, esposa del rey Menelao, que tenía muy malas pulgas como es normal si te ponen ese nombre.

Y claro, en una visitilla parece ser que en un despiste Helena le puso ojitos de querer, y el otro se dejó llevar por sus púberes sentimientos y por aquello que dicen las mujeres que es con lo que pensamos los hombres; que si no da la sangre para regar dos lados a la vez y etc y total, que le da un repente y rapta a la muchacha. Menelao, que el hombre dice sus famosas palabras: "Pase que tenga este nombrecito, pero encima cornudo a ver quién me hace caso" y manda a su hermano Agamenón (no tenían el día los padres con los nombres) a que la rescate, lo que origina la guerra de Troya y tal y cual y como se dice, aquellas pajas originan estos lodos...

¿Que a qué viene esto? a que el cerebro humano es un cabronazo; tenía un examen y un trabajo a punto de terminar en aquél momento, y se me ocurre esto mismo que cuento; y luego cuando me quiera hacer el ingenioso, me quedaré en plan "patatas traigo", fijo.